Oposiciones Educación Secundaria y FP
Hay muchos motivos que llevan cada año a miles de personas a optar a una plaza de profesorado en la Enseñanza Pública como la estabilidad y seguridad del empleo o la conciliación de la vida familiar y laboral. Antes o después, todos los que tenemos la fortuna de disfrutar de esta profesión, descubrimos que en esa lista de motivos ocupan los primeros puestos la posibilidad de ayudar a los demás, de cambiar el mundo transformando a los jóvenes que lo habitarán, de obtener satisfacciones inmensas cuando ayudas a superarse a tus alumnos, de poder compartir e intercambiar conocimientos, experiencias y aficiones, de tener la autonomía suficiente para poder ser creativo y desarrollar libremente tu trabajo, …
Es un trabajo sacrificado pero enseñamos que no hay recompensa sin sacrificio y que se obtienen enormes recompensas cada vez que el alumnado nos agradece lo que hacemos por él. Lo mejor que tiene nuestra profesión es algo que no mucha gente puede decir: nos permite ser feliz aportando a los demás.